Tras acabar la temporada 2009-2010, la directiva del Club Voleibol Caravaca comenzaba la planificación de la 2010-2011, con la elaboración del nuevo presupuesto y la búsqueda de financiación suficiente para asegurar la continuidad de un proyecto que comenzó hace cinco temporadas y que se ha visto jalonado por numerosos éxitos deportivos.
Conscientes de que las instituciones no pueden ser el sustento de clubes de élite, la directiva encaminó sus pasos, a pesar de la crisis que afecta a la nación, a la búsqueda de patrocinadores a los que ofrecer un convenio de colaboración del que todos pudiesen obtener beneficios.
Los resultados fueron muy alentadores, pues dos empresas de implantación nacional, se interesaron muy vivamente por el proyecto deportivo del club, que encajaba perfectamente en sus intereses empresariales y de marketing y que proporcionaba al club la financiación suficiente para poder competir en Superliga sin las estrecheces de la campaña anterior.
Pero de forma sorprendente y cuando el acuerdo era total y sólo faltaba rubricarlo en el contrato, las empresas dieron marcha atrás de forma total, dejando al Club en una carrera contra reloj, en la búsqueda de nuevas fuentes de financiación que por desgracia, continúan sin aparecer.
El tiempo se agota y los contactos están siendo numerosos, pero todos ellos son de pequeño calado y no dan el suficiente margen para asegurar el pago de todas las obligaciones que el club tendría en la Superliga masculina, de modo que a día de hoy, el equipo no está en condiciones de participar en la máxima competición nacional.
A pesar de lo crítico de la situación, el club continúa manteniendo contactos con diversas empresas, con el objetivo de agotar el plazo que la Federación Española a dado al club para depositar el aval que garantiza la participación en Superliga.
Pero no solo peligra el primer equipo, también es difícil la supervivencia de las bases con los más de 80 niños y niñas que han hecho del voleibol su deporte favorito y su verdadera ilusión.
En unos pocos días podremos saber si se consuma la debacle del único club de Caravaca de la Cruz que jamás alcanzó la máxima categoría de una competición deportiva.
Conscientes de que las instituciones no pueden ser el sustento de clubes de élite, la directiva encaminó sus pasos, a pesar de la crisis que afecta a la nación, a la búsqueda de patrocinadores a los que ofrecer un convenio de colaboración del que todos pudiesen obtener beneficios.
Los resultados fueron muy alentadores, pues dos empresas de implantación nacional, se interesaron muy vivamente por el proyecto deportivo del club, que encajaba perfectamente en sus intereses empresariales y de marketing y que proporcionaba al club la financiación suficiente para poder competir en Superliga sin las estrecheces de la campaña anterior.
Pero de forma sorprendente y cuando el acuerdo era total y sólo faltaba rubricarlo en el contrato, las empresas dieron marcha atrás de forma total, dejando al Club en una carrera contra reloj, en la búsqueda de nuevas fuentes de financiación que por desgracia, continúan sin aparecer.
El tiempo se agota y los contactos están siendo numerosos, pero todos ellos son de pequeño calado y no dan el suficiente margen para asegurar el pago de todas las obligaciones que el club tendría en la Superliga masculina, de modo que a día de hoy, el equipo no está en condiciones de participar en la máxima competición nacional.
A pesar de lo crítico de la situación, el club continúa manteniendo contactos con diversas empresas, con el objetivo de agotar el plazo que la Federación Española a dado al club para depositar el aval que garantiza la participación en Superliga.
Pero no solo peligra el primer equipo, también es difícil la supervivencia de las bases con los más de 80 niños y niñas que han hecho del voleibol su deporte favorito y su verdadera ilusión.
En unos pocos días podremos saber si se consuma la debacle del único club de Caravaca de la Cruz que jamás alcanzó la máxima categoría de una competición deportiva.
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